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Bienvenidos a mi pagina... donde Nessie y Jacob tienen su propia historia de amor.

domingo, 1 de mayo de 2011

Luna Llena- Capitulo 4


Noche de Velas

POV RACHEL BLACK
En ruido de mi puerta rugir hizo que abriera los ojos de repente. Miré el reloj y eran las seis de la mañana. Pasé mi mano por el rostro e intenté volverme a
dormir, era imposible. Me levanté y cerré la puerta de mi habitacion con fuerza, para que esta no se volviera a abrir. Decidí llamar a Lola. Con ella me
entretenía facilmente y como estaba en Colombia no la despertaría por la diferéncia de horarios.
Comencé a buscar mi celular, busqué en mi bolso,debajo de mi cama y en mi mesita de luz.No estaba. Seguí buscando hasta encontrarlo, este estba debajo de
la sábana que me había dado Matt hace dos días. ¿Como era posible que yo lo creyera mi todo cuando apenas lo conocía? Seguía sin poder creerlo.
Tomé mi celular y me envolví con la manta, hacía frío. Y comecé a marcar el número de Lola.
No se podía describir el silencio que había hasta que al fín contestó, era peor que un silencio sepulcral. Todo tan oscuro... Lo odié. Comencé a enojarme por
que Lola no contestaba. Finalmente había atendido.
-¡Mande!-dijo divertida, mientras reía, podía escucharse la música de fondo. Rock & Roll.
Por un momento creí que estaba nuevamente tomando bebidas alcoholicas por ahí. Una vez me había secuestrado literalmente para que la acompañase a ver chicos
y tomar unos tragos.
-Lola-suspiré-al fin atiendes. Tengo miles de cosas que contarte...-sonreí-recordé a la familia Cullen. Jacob me la había presentado ayer. Pude ver la clara
coincidencia de que Carlisle y Esme hayan ido a Montana por un pedido urgente para Carlisle ya que es medico y justo callera a tocar mi puerta.
-Hay pues yo tambien pero antes, ¿porque no me llamaste? digo, Colombia es aburrido sin alguien con quien estar. Anda, desobedece a Rebecca y escapate
conmigo, ¿va?
Suspiré.
-No estoy en Montana, estoy en Forks... Es muy lárgo, más de lo que crees. Y se me es imposible contartelo, literalmente.-supuse triste. Era verdad, gracias
a las leyes de la manada no podíamos literalmente hablar de esto.
Hubo un momento de silencio, Lola no contestaba, no contradijo. Eso era raro de ella. Me senté en la cama y miré al techo aún con el celular y la sábana
apoyada en mi, dandome algo de calor. Pero nada se comparaba al de hace dos días atrás. Cuando Matt trató de consolarme y terminó ya que tenía que ir a ver a
Leah y a Seth para hablarles de no se qué.
-¡YA ESTAS LISTA!-gritó animada e ilucionada.- estaré allí en una semana, recuerda UNA SEMANA. -Cortó.
-Genial-sususrré.
Al fin y al cabo no pude contarle nada. Sentía que nesecitaba un psicologo, o tal vez alguien que se ofreciese a escucharme. Pero nada. Me levanté suspirando
y me dirigí al baño a ducharme.
La ducha me pareció eterna, la puse muy caliente para hacerme olvidar todo este drama de Forks, era como un nido de vampiros. Podía imaginarmelo.Pero
los vampiros no eran como yo creía. Esta verción de vampiros eran hermosos y eternos. Cerré los ojos.
El agua caliente recorria todo mi cuerpo haciendo que me tranquilizara de todo. Estaba mas calmada. Solo nesecitaba un té con miel y estaria mas que relajada,
hasta muerta podría decirse.
Terminé y salí con frío. Me envolví rápidamente en una toalla y caminé hacia mi habitación goteando el suelo. Miré el reloj que colgaba en mi habitcion y
rapidamente ya eran las ocho dela mañana.
Busqué un buso negro, mi remera color blanco y mis jeans oscuros con mis all start blancas. Me sequé el pelo con la secadora mientras me miraba al espejo...
¿Como era posible que yo fuera ese lobo que apareció en Montana? Seguía sin creerlo aunque lo haya visto con mis propios ojos. Al estar mi cabello seco lo
planché como pude ya que Alice me dijo que a las ocho P.M estuviera lista para salir de compras, me dijo que me vistiera como de fiesta.
Era muy temprano para arreglarse así que me limité a solo plncharme el cabello lo mas lento posible. Jugué un poco con la plancha y me hice un pequeño bucle
a un costado de mi flequillo estilo rebajado. Pensé en hacerme otro en el otro costado pero lo dejé así ya que me encantaba como había quedado.
Me cambié con la ropa que habia elejido y dejado sobre la cama y fui a hace el desayuno. Para mi sorpresa, Ayame estaba en la cocina cocinando. La primera
vez que la vi me asusté, creí que era un fantasma, pero luego me calmé.
Quise decirle algo, pero me limiité a asercarme y saludarla con un abrazo y un beso en la mejilla, ella me saludó del mismo modo y ambas comenzamos a hablar
de series anime mientras la ayudaba a preparar el desayuno que preparaba.
No sabía lo que preparaba pero ella me decia lo que tenia que hacer y lo que no. Me dijo que ponga a fritar los huevos mientras ella se ocupaba del tosino
que había traido. Al poco tiempo supe que hacia el super desayuno que hacia mi mamá y mi tía. Ellas eran unas genias cocinando, en especial cuando se
trataba del desayuno familiar.
-Me sorprendió verte tan temprano, Aya-suspiré al fin- ¿y esta sorpresa?-dije sonriendo.
-Hace mucho que no cocinaba para alguien menor, y Jake es pesimo cocinero, ¿sabes? ¿Conoces la...
-...¿Sopa navideña? como olvidarla, en navidad hizo una sopa ta... putrefacta... tenía gusto a agua salada, o tal vez a agua de mar. ¿Tu como la conoces?-
dije sorprendida, estaba asombrada de lo bien que conocia a Jacobo. Mas que yo, creo.
Me recargué en la mesa y la miré espersndo respuesta. Ella se rió contagiosamente. Ayame me agradaba mucho, no sabía porque no nos habían presentado antes
pero estaba segura que si nos lo proponíamos podíamos ser amigas muy intimas. Estaba segura de eso.
-Para mi cumpleaños del año pasado... el quiso cocinarme ya que yo siempre le cocinaba... y-se rió y miró al suelo- me hizo probar esa sopa, juro que jamas
olvidaré ese día.
Comencé a reírme con ella hasta que alguien me tomó del hombro. Me asusté y grité. Me dí vuelta y... Era Jacob, adormilado y de mal humor. En la otra mano
sostenía una manta, que luego tomó forma de una camisa color oscura gracias a lo humeda que estaba.
-Ustedes se atrevieron a despertarme... -suspiró poniendome la camisa sudada en la cara.
Casi me ahogaba, era la peor experiencia que jamas en mi vida había tenido... No dejaría que Jacob vuelva a salir a correr así. Nunca, nuca, nunca. Estaba
ahogandome hasta que pude reaccionar y quitarmela de ensima.
Comencé a toser histericamente mientras Ayame se reía. Ambos disfrutaban reírse de mi. Bobos. Mas que primos parecían tortolitos, quise decir. Pero me lo
guardé ya que no quería que tambien Ayame me atacara.
-Ni que fuera para tanto, solo una camisa sudada de dos días...-lo fulminé con la mirada y le saqué la lengua.

Eran las seis y media de la noche, estaba feliz de salir con Alice, habíamos hablado muchicimo el otro día y algo nos definia a ambas... Adorabamos las
compras. Ella tocó la puerta de casa, algo temprano, pero dijo que vendría antes para arreglarme, pero ¿para que? No ibamos a ir a Los Angeles. Aunque según
Isabella había firmado un contrato con la ersona que me torturaría el resto de las horas. Me reí al recordarlo y abrí la puerta. Alice me veía sonriendo y
en sus manos llevaba un traje, un vestido. No podía ver como era o de que color ya que estaba en una funda color negro. Alice estaba demaciado informal,
supuse que ese vestido sería para ella.
Alice me saludó abrazandome y la abracé de la misma forma. Pasó y nos dirigimos directamente hacia mi habitación. El duende, sin pensarlo, comenzó a sacudir
todo mi cuarto buscando productos para el cabello.En vez de preguntarme, claro, comenzó a desordenar y ordena todo como estaba antes a mucha rapidez.
Ví a Allie con una camisa azul con rayas blancas, un pantalon blanco, una boina blanca y un panuelo que cubria su cuello color azul marino.
-A ver, Ra, abre la funda, tal vez te guste-sonrió sentandose en la cama.
Abrí la funda y saqué el hermoso vestido. Era blanco, corto por un poco mas arriba de las rodillas con bordes trasparentes y brillantes. Su primera capa de
falda era color crema trasparente mostrando en blanco de la segunda capa que lleguaba a continuación. Era estraples, en la parte de arriba tenía brillos.
Era realmente precioso.Saqué una bolsa y ví unos zapatos, unas chatitas color plateado con lluvia de brillantina.
-Vale, es hermoso...
-Pruebartelo-ordenó haciendo puchero.
-Pero...
Alice me miro con puchero y finalmente acepté, llendo al baño a cambiarme. Cerré la puerta del baño y comencé a cambiarme. Finalmente, me vi al espejo y
realmente me gustó como me quedaba. Si Lola hubiera estado aquí hubiera dicho "te queda demaciado tierno para mi gusto, pero va contigo". Sonreí y me puse
las chatitas.
Caminé hacia mi habiación con la vista baja, no me gustaba rugorizarme. Odiaba desfilar, me ponía muy roja. Reí, suspiré y finalmente entré a la habitación.
Encontré a Alice haciendo una peluquería de mi cuarto. Me dijo que me sentara en una silla de escritorio y comenzó a atacar con todo. Tomó un maquillaje que
nunca había visto. Comenzó por ponerme una especie de crema en el rostro, luego siguió por los lábios. Me colocó un rosa pálido con arriba brillo. Me
gustaba ese labial y ella me lo regaló. Finalmente se decidió por ponerme sombra en los ojos y rimel. Remarcó mis pestañas feliz por su trabajo. Finalmente
terminado todo, tomó mi planha y con una rapidéz increible comenzó a peinarme delicadamente. Lo hacía tan suabe como un peluquero, comenzó a darme sueño y
comencé a cabecar.
Alice me pidio que aguantara, que solofaltaba un toque, pero estaba exausta. Tenía mucho sueño por haberme levantado tan temprano. Bostecé y alice exclamó
feliz y satisfecha por su trabajo.
-¡Terminé contigo peque! ahora anda que se hace tarde...-me tomó de la mano y me arrastró hacia afuera de la casa.
-Espera... Jacob...
-Ni te preocupes, Ness lo tiene muy ocupado-dijo riendose.
Era imposible no pensar en que estarían haciendo, seguramente hablaban de su gran amor y bla bla bla. O tal vez se daban besos cada vez que terminasen una
oración.
Alice me llevó hasta su auto amarillo convertible y me dijo que sea lo mas linda posible. Sonreí sin entender lo que pretendía decir con eso... Solo ibamos
de compras, no entendía nada.
Alice estacionó frente un restaurante y me pidio que me fijara si estaba bien estacionada. Yo bajé del auto. Apenas cerré el auto, lo ví aejarse rápidamente
hacia no se donde. Genial.
Me llegó un SMS de celular. Lo saqué rápidamente de la incomoda cartera que me habia dado Alice y ví un mensaje que era de alguien desconocido. Lo abrí
rápidamente. Era de Ness, lo reconocí ya que me había memorizado su número.
Rachel:
Sé que ahora debes estar enojada, pero relajate, si?? tomalo como regalo de bienvenida. hay alguien que te esá esperando dentro del restaurante en el que te
dejó tía Allie. Fijate si lo reconoces, y no te preocupes por tu hermano. Nos estamos divertiendo mucho. Suerte. ;)
-Ness, Allie-susurré-me la pagarán...
Me dí la vuelta y toqué la perilla de la puerta del restaurante, posé mi mano sobre ella y sentí que una persona de dentro la abría para salir. Lo ví por el
vidrio de la puerta. Cuando Matt posó la mano en el picaporte del otro lado sentí una corriente. Aparté mi mano enseguida, luego el me miró a los ojos,
salió rápidamente y me miró fijamente.
-Rach...-susurró.
-Hola-susurré totalmente roja. Mataría a esas dos... pero sabía que tambien se los agradecería. -No... tienes que hacerlo si no quieres-dije algo triste,
sonriendole como pude. Sabia que dentro de mi había una vocecita que decía "espero que quieras".
Matt sonrió y me ofreció su brazo para que yo lo abrazara y así ir a donde el quisiera. Lo abracé y entramos al restaurante. Era realmente bonito. Lleno
de unos pequeños lujos como la fuente principal que estaba en el centro con dos angelitos en unión. Ambos sostenían una cinta que segun mi perspectiva
significaba la union eterna. Era hermosa, como para sacarle una foto.
Me quedé mirandola un largo rato, luego miré a Matt. El me miró de reojo y me sonrió con la frente en alto. Tomó una mesa al lado de la ventana y me corrió
la silla para que me sentara. Me senté donde me indicó y luego se sentó en frente mio. Me sonrió y pidió los menús.
Los ojeo fingiendo interés, sabía que hacía esto por lastima. Me sentí mal por ello.
-¿Que es lo que mas te gusta?-preguntó cuando el silencio se volvía incomodo.
-Antes de que mama se fuera, me gustaba mucho cantar y componer, tambien dibujar paisajes. Viajar es lo que mas me gusta de ello.-miré hacia la ventana
observando la luna-¿a ti?
-Me gusta tambien viajar, viajé por todo el mundo. Es maravilloso... -dijo sonriendo.
-¿Cuantos años tienes?-pregunté tímidamente.
Matt se rió como si fuese una broma.
-190, Rachel-suspiró algo avergonzado.
Sonreí y luego miré las estrellas. Comencé a pesar en lo genial que sería si Ayame y yo nos conociéramos mejor. Al menos un poco... Me volteé y miré Matty, sus ojos volvieron a atraparme y quedé en un especie de trance. Sus ojos eran como imanes que atraían los míos.
-Waw, debiste haber vivido mucho-dije asombrada, 190... es mucho.
-Si pero no todas son buenas experiencias. Algunas son preferibles olvidar, así que aprovecha no tener una vida eterna-dijo apoyando su codo en la mesa, y su mejilla en su mano, contemplándome.
-¿Que crees que es esto?-susurré para saber si Nessie o Allie nos vigilaban.
Se apoyó en la mesa, acercándose mas a mi, y sus ojos brillaron mas que nunca. Nunca había visto ese Matt, bueno tampoco tenía derecho a decir eso ya que hace casi una semana nada mas lo conozco.
-Una cita a ciegas-susurró.

Terminamos de cenar y dimos una vuelta con el auto. El no había pedido nada, me dijo que no le gustaba mucho la comida humana. YO había pedido una ensalada. Hablamos mucho de todas nuestras experiencias, Matt me contó que hace poco se había encontrado con su hermano, Nahuel, eso de unos 10 años o 8. Yo le conté mas de como me di cuenta que todo este mundo de fantasía existía. Me dejó en casa y comencé a casi saltar de la alegría. Fui directamente al teléfono para hablar con Nessie para agradecerle. Levanté el teléfono y quise comenzar a marcar pero se escuchaban voces. La totalmente conocida voz de Jacob, y... una chica... ¿Ayame?
-Jacob-susurró- ya estoy superando a Nahu... Matt es mejor opción para mi... lo amo y se que el tambien... No sé si supere la imprimación...
-Aya, cálmate, seguramente tu y Matt la pasarán bien...
Corté, no quería escuchar mas. Subí a mi habitación con paso firme sin derramar ni una sola lágrima... No podía estar con Matty por dos simples razones...
1_ Ayame es mi prima, y lo ama mas que nadie, no podía quitarselo...
2_ Matt tal vez ni se fijaba en mi...

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