Ocaso-Capitulo 2: Reveldía Adolecente

Rebeldía Adolescente

Elena Cullen Black

Parte 2

"¡Ven aquí cobarde!". Pensé.

-¿Yo cobarde?-dijo riéndose.

Aveces odiaba que E.J leyera mis pensamientos... yo también puedo hacerlo pero únicamente con el o con mi papá cuando se trasforma en lobo.

E.J igual... solo podemos leernos nuestras mentes cuando uno de nosotros entra en face... en este caso... yo.

Pisadas se aproximaban atrás de mi... O genial... mi padre ¿que rayos quería ahora?

E.J salio por la puerta que llevaba al bosque que estaba pegado a nuestra casa. Ya que nuestros vis abuelos nos habían echo una casa en el bosque para que jugáramos juntos. Pero eso fue hace mucho tiempo... apenas teníamos 3 años.

Las pisadas de mi padre cada vez se oían mas cerca, cada vez mas y mas, y el abuelo Edward lo acompañaba.

-¡ Están castigados!-dijo mi padre.

Mi madre estaba tratando de limpiar el quilombo que había hecho gracias a mi BOBO hermano. Todo esto fue por su culpa, y si no iba a la fiesta... LO MATARÍA!!! con lo que mas le duele, su endemoniada guitarra.

En esos momentos me hubiera gustado reírme por mis pensamientos, ya que al romper si guitarra E.J se pondría a llorar o a patalear. Ja ja.

-Bueno, castiguentos, pero el castigo debe terminar antes de la medianoche ya que hay una fiesta...-me vi interrumpida al ver la expresión en la cara de mi padre.

E.J lanzó una boba carcajada a escondidas.

Me hubiera gustado pisarle con el talón de mi pie su pie así lanza un grito. Ja ja.

-N-i-n-g-u-n-o de los dos irá a la fiesta-dijo cebero.

Rechiné los dientes pero luego una idea pasó por mi mente...

-Has lo que quieras-le dije como si nada.

Caminé dándole la espalda a todos para subir a mi habitación y esperar com paciencia a que pasara una hora.

Cerré la puerta de un portazo ya que no se me quita el enojo. Escuché a mi madre quejarse por lo sucedido pero no le dí importancia. Como no quise escuchar sus quejas puse musica y la puse a máximo volumen. Mis padres y mi hermano me gritaban y yo no podía escucharlos... que lastima.

-¡Disculpen, no los oigo por la música!-les grité mientras reía.

Pero finalmente le bajé la música ya que pensaba conectarme en la computadora que me habían regalado para navidad a los doce años, aunque las computadoras ya son muy viejas, eran de la época de nuestra abuela.

Bueno, me paré y me dirigí asía el monitor para apretar el botón de "Iniciar" pero luego pensé.

¿Para que?. Pensé.

Si no tengo tarea, ni tampoco tengo nada importante que hacer en la web. Así que rendidas adelanté un poco mi idea.

Aunque no sabia como decírselo sin vomitar ya que lo que iba a hacer era en contra de mis principios y es mas, esta es la segunda vez que hago esto en mi vida, pero tenía que hacerlo si quería ver a mi amiga Mery.

¿Me estoy volviendo loca?.Pensé mientras caminaba para girar la perilla de la puerta de mi habitación.

Dí un respiro profundo y traté de darme ánimos para al menos poder llegar a la puerta de su habitación sin que me desmaye.

Finalmente llegué al infierno.

Toc, Toc, Toc.

-¿Que quieres Elena?-gritó del otro lado de la puerta.

-Voy a pasar.

Al abrir la puerta lansé un chillido tan fuerte que mi hermano cerró la puerta de golpe, se poso atrás mio y poso sus dedos sobre mis labios.

-¡¡Sh!!

Le dí un costillazo y finalmente me soltó. Aproveché para tomar mi diario que estaba en la cama del demonio, al lado de su endemoniada guitarra.

Furiosa lo fulminé con la mirada mientras trataba de controlar mi ira. Ya me estoy olvidando porque había ido pero como le dije antes a Mery NADA me va impedir ir a la fiesta.

-Mira... no estoy aquí para matarte aún, solo quiero hacer un trato.

Se reío al pensar que era una broma pero yo con las fiestas NUNCA bromeo. Y siempre que digo "iré" es porque iré sin fallas.

-Mm... Continúa.

-Tu quieres ir a la fiesta, al igual que yo... yo quiero ir por el cumpleaños de mi mejor a miga mientras que tu... tratas de hacer el ridiculo con chicas...

-¿Me estas pidiendo que nos escapemos?-dijo tratando de hacerse el desinteresado.

-Esta misma noche, a las 12.