Ocaso-Capitulo 3: La Manada

La Manada

Edward Jacob Cullen Black

¿Donde rayos estaba esta chica? ya eran la una menos veinte y todavía no aparecía.Rayos ¿porque tuve que confiar en ella? ¿Acaso me había hecho una broma estúpida?

Un ligero ruido hizo mi desconcentración, olía a agridulce... ¿Acaso sera la chica siempre vestirse bien?

Se oían varios pasos, y el aroma a agridulce se acercaba mas y mas. Al parecer Elena estaba asustada, ¿le temía a la obscuridad? no lo mencionaba en su diario.

Otro aroma de perro mojado se cruzó con el de mi hermana. ¿Que será ese odioso olor? ¿Será mi padre? ¿Nos venía persiguiendo?

-¿Elena?-susurré impaciente por saber la respuesta.

Todo fue tan rápido, pero logré ver algo inesperado. Un gran lobo salio de los arbustos rugiendo ferozmente. Me hice para atrás para que no caga arriba mio, pero el lobo fue mas rápido.

NO era un lobo original, no, este olía diferente, este olía a perro mojado. Casi me asficcio por ese insoportable olor.

El lobo quedo arriba mio contemplándome para atacar mi garganta. Pero fue mas lento de lo que creí ya que este no paraba de contemplarme. En esos momentos no podía moverme y luego pensé ¿así moriría? No...

Un rayo empujó al lobo con todas sus fuerzas, luego de unos segundos supe que ese rayo era mi hermana con su lujosa remera ajustada con brillantes y sus shorts con votas de conjunto.

-¿Es que siempre tienes que meterte en problemas?-dijo enojada.

Vi su brazo y me dí cuenta que ella tenía un tajo grande en el cual salia bastante sangre. Ella se quejó por el ardor poniéndose su mano en la herida y apretándola.

-Elena...-susurré aunque no pude terminar la race ya que mas lobos aparecieron el los arbustos listos para atacarnos.

Me paré al instante y tomé del brazo a mi hermana bruscamente para ponerla detrás de mi. Ellos la habían lastimado, jamas se los perdonaría.

¿No creen que se parecen a Jacob? hablo de la chica. Dijo una voz, de... ¿un lobo?

Di media vuelva mi cabeza y le pregunté:

-¿Escuchaste eso?-Ella asistió al instante.

¿A quien le importa? Solo son híbridos de chupasangres.

-¿¡A quien le dices híbridos de chupasangres!?-dijimos mi hermana y yo a la vez.

Malditos lobos ¿con quien creen que se estaban metiendo? En esos momentos me hubiera dado ganas de retorcerles a todos su peludo cuello o parteares el culo peludo pero otra voz intervino en mis pensamiento.

-No te atrevas a hacer estupideces-dijo la tonta.

-Yo no hago estupideces.

-Claro que si.

-Claro que no...

Pero si solo son niños.

-¿¡A quien le dices niños!?-les gritamos furiosos.

Elena y yo intercambiamos miradas de odio y nuestras miradas bastaron mas que mol palabras como para decir "Te odio" o "Eres tan infantil".

Me me pujó débilmente por su brazo y yo le tuve del brazo como para pararla. No quería que se haga daño aunque eso no significa que la quiera ¿verdad?

-Si no fuera por esta remera costosa te juro que...

Pues quitártela.

Eso me sacó de quicio, estaba preparándome para atacar a esos malditos lobos pero luego un olor familiar pasó por los alrededores.

¿Padre?

Un lobo apareció muy tranquilo mirándonos a Elena y a mi con decepción y enojo... Genial, que gran día encima de todo nuestro padre nos descubre.

-Antes que nada, ¡E.J tiene toda la culpa!

-Y ahora porque y tengo la culpa-dije soltándola y mirándola con odio.

¡Niños paren ya!

-Te lo dije cientos de veces NO SOY UNA NIÑA-dijo molesta.

Elena Cullen Black

¡Pero actúas como tal!

Papá, que tonto es me dice niña y tengo mas de 30 años. Soy mas que una adolescente soy una adulta, soy lo suficiente madura como para cuidarme sola y hacer lo que yo quiera.

Jacob... ¿los conoces?. Preguntó otra voz.

-¿Papá los conoces?

¿Papá? ja... Jacob estuviste ocupado estos 34 años.

-Ya sé lo que vas a decir pero antes... E.J dile porque salimos, porque obviamente no ibamos a la fiesta.

E.J me miro con odio y entrecerró los ojos al mirarme. Esos ojos verdes... son tan aterradores, a veces me cuesta creer que eramos hermanos.

-¿Yo? mm... bueno... salimos porque era un experimento para la escuela...

-Idiota, otra excusa ¡estamos en vacaciones de invierno!