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Bienvenidos
domingo, 28 de marzo de 2010
Capitulo 1
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Diario de un Vampiro- Capitulo 8
Capitulo 9 Soledad.
Me senté en mi pupitre, era hora de Geografía, siempre odie esa materia aunque fuera muy buena en ella. Me senté al lado de Matt y luego la señorita Luciana entró a la clase con cara de “prueba sorpresa”. Al llegar poso sobre su escritorio su bolso con muchas cosas. Solo pude ver hojas, lápices y muchas hojas de alumnos en rojo.
-Bien alumnos-dijo- tomaré preguntas de Louisiana. Y no hagan trampa- dijo mirando a un alumno que a su apariencia parecía rebelde.
-Hay una zona a la que se llama “Zona Muerta” o “Mar Muerto” ¿alguien sabe porque?
Me miro he levantó una ceja como para decir “usted por favor”.
La respuesta era tan fácil, tanto que hasta uno de cesto podría responderla.
-Señorita Amber.
-Se le llama Mar Muerto o Zona Muerta porque tan bajos de oxígeno que imposibilitan la vida marina.
Me miro con asombro y luego recogió su lapicera roja, busco algo en su papel y luego marcó algo.
-Diez-me dijo con una sonrisa- Mariuni, ¿En que zona esta la Zona Muerta?
El muchacho rebelde se dio vuelta de su charla y miró fijamente a la maestra esperando a que se le ocurriera algo entupido y fastidioso. Como los payasos de la clase, bueno el parecía uno.
-Pues, en Texas-dijo y todos se rieron de su comentario.
Yo no me reí porque recordé no haber visto a Steban ni a ninguno de sus hermanos hoy. Mis latidos de corazón eran muy fuertes como si se me fuera a salir el corazón de mi pecho. Pero luego se calmo al no escuchar más las risas.
-Como siempre riéndose ¿verdad?-dijo enojada- bueno tarea extra para todos.
Todos se callaron y luego se podían escuchar murmullos de los estudiantes más molestos.
-Ey, Ron hoy vamos con Max para darle una lección de geografía-dijo uno agachándose para que Luciana no lo viera.
Ese muchacho debía de ser el bravucón del salón o de la escuela. NO lo sabia, lo que si sabia era que no había que meterse con el.
Arranque una hoja de mi cuaderno de hojas ralladas y luego escribí:
¿Quién es ese bobo?
Se la pasé a Matt, luego empezó a escribir algo y luego me la pasó:
Es Marvin, un idiota descerebrado que pelea con todos y abusa a las chicas que puede y quiere.
Su trazó era enojado y la escritura era bien apretada.
El esta en el equipo de Rugby ¿verdad?
Matt asistió y me quito el papel de las manos.
Un consejo, no te acerques ni te encariñes con ese perro gigante. Los licántropos son traicioneros…
Le di un empujoncito en el pecho y el se río a escondidas. Yo le seguí la corriente. Luciana escribía la tarea extra en el gran pizarrón color blanco nieve. Tocó el timbre y luego la maestra se apresuró a decir: “recuerden tienen hasta el viernes”. Y señalo al pizarrón escrito con letra apresurada e entendible. Era la hora del almuerzo, me quede sentada y recogí mi cuaderno y mi lapicera. Y rápidamente salí. Por suerte ya había salido me apuré aun mas para llegar a la cafetería. En el camino me choqué con muchos estudiantes. Pero seguí adelante, hasta que me choco con algo duro como una roca, era el hermano de Steban. Me contemplo con ojos amenazadores y yo me apresuré a salir corriendo a la cafetería.
Lo único bueno de encontrara al hermano de Steban fue que eso significaba que Steban estaba en la escuela. Aunque no lo había visto.
Al entrar al pasillo para ir a la cafetería me encuentro con el. Con una camiseta desprendida y debajo de esa había una remera banca. Y con sus pantalones color Jean. Me toma del brazo y me atrae hacia el como si quisiera decirme algo realmente importante. Nos vimos cara a cara durante un rato y luego alguien me choca el codo como el suyo, era uno de lor hermanos de Steban. Steban al verlo lo miro y dijo:
-Vasta Mark.
Mark siguió, me dirigió una ultima mirada de odio y desapareció entre las personas de la cafetería.
-Steban…-
No pude terminar la frase porque me había puesto sus dedos sobre mis labios haciendo que no emitiera sonido alguno. Contemplé el capillo vacio, sin nadie, solo nosotros dos.
-Sh!- dijo- ven debemos hablar afuera.
Me quitó suavemente los dedos de mis lavuis y me guío hacia el patio donde estaba vacío solo estábamos el y yo a pleno día nublado. Tomo mi mano y caminamos hasta el estacionamiento de la escuela, abrió el cerrojo de su auto y luego me hizo pasar al lado del conductor. El se subió al lado del conductor, coloco las llaves y encendió el motor. ¿A dónde me llevaría?
Salió del estacionamiento y luego condujo por el mismo camino que el sábado. Estuvimos en silencio en todo el viaje hasta llegar a la misma casa donde estuvimos el otro día.
La contemplé un momento mientras pensaba en ¿Cuándo terminaría este juego? ¿Cuándo Steban termine con su cuestionario? ¿Qué pasará luego? ¿Nos odiaremos?
No quería ni pensar en las respuestas, solo me dejé llevar por estos hermosos momentos, solo él y yo.
Me ayudo a salir y luego atrapó mi mano, se la froto en su mejilla tibia como un día caluroso. Como una mañana de verano. Sin soltarme la mano me condujo al lugar donde habíamos estado antes.
Me llevo caminando de la mano hasta la misma casa blanca sucio con enormes y hermosas ventanas que hacían conjunto pero eran color blanco perla. Steban abrió la puerta y me hizo reverencia para pasar cuando pasé y el estaba a punto de pasar se detuvo y estaba alerta y asustado, la primera vez que lo veo con ese rostro, parecía como si temiera a alguien o a mi.
Cerró la puerta de un portazo, me tomo del brazo y me condujo rápidamente hacia una gran y hermosa habitación color amarillo pálido. Tenia una enorme cama con sabanas color blanco pálido y una gran escritorio con una laptop sobre el.
Me sentó sobre su cama y el se sentó a mi lado cogiendo mi mano para tenerla entre sus calidas manos, estaba muy caliente pero aguanté.
-Stella, necesitamos hablar…-dijo una pausa bastante larga y en ella se reflejaba tristeza, dolor y sufrimiento- No podemos estar juntos.
-Pero no estamos juntos… solo somos buenos amigos.-dije tratando de no subir la voz.
Algo me decía que el no quería decir eso, podré sus hermanos lo habían convencido. Quería llorar, gritar patalear y muchas cosas mas en esos momentos pero me lo guarde llenando ese espacio con calma.
-Stella... ¿Es que no lo entiendes?
-¿De que hablas?-pregunté confundida.
No me miro, solo miro hacia a ventana para pensar o eso supongo estará haciendo.
-No podemos estar juntos-dijo-es imposible-Que tú estés aquí… ese es el problema ya. Somos enemigos, no amigo. Somos como el agua y el aceite nunca se mezclan.
Estuvimos en silencio quería pegarle para que entendiera que el era mi Romeo para siempre desde que lo vi por primera vez.
-Pero por que no se mezclen no significa que no se puedan juntar...-dije pensativa.
Seguía sin mirarme y ahora encima se había puesto del otro extremo de la cama, lo más lejos de mi posible. Y enzima me daba la espalda.
-Stella-dijo-por favor es muy difícil negarme...
-¿Tus hermanos te dijeron que lo hagas?-pregunte interrumpiéndole.
Tardo una largo rato, tanto que creí que no respondería pero finalmente descubrió algo para hacerme callar y hacerme entrar en razón.
-Y tienen razón-dijo-es la verdad.
Volvió a mirarme.
En sus ojos se reflejaban tristeza, agonía y hasta una frase que decía “no me creas”.
-Luna tenía razón-mentí.
Era lo único que en esos momentos podía pensar, en la mentira.
-¿En que?-dijo acercándose a mi lado denuedo.
Era un método para que ignore sus palabras. Me lo había enseñado mi madre adoptiva hace mucho y si resultaba se lo iba a agradecer de por vida.
-Que eras un miedoso-mentí.
Crece los brazos en señar “gane la conversación”.
-¡¿Te dijo eso?!-dijo en llamas.
-Y que jugármela por vos iba a ser el peor error de mi vida-mentí de vuelta. En realidad en esta no mentía mucho ya que Matt me dijo que los licántropos eran traicioneros.
-Eso no es cierto. Sabes algo... ¿que se mate esa chica?-dije-yo no tengo miedo y estoy dispuesto a jugarme...
Sonreí victoriosa enarcando una ceja.
Si-dije-claro como si tuviéramos algo pendiente.
-Pero... lo tenemos-dijo-me debes una expiación....
No recordaba nada sobre una explicación. Hasta que Steban poso su mano enzima de la mía que seguía apoyada en mi regazo.
-Ah...-recordé-cierto... ¿cuando nos juntamos?
-Mañana mismo...-dijo convencido de si mismo.
-¿En el lugar de siempre?-pregunté.
Se sonrojo antes de poder responder.
-Es una cita...-dijo y me lanzo una sonrisa.
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martes, 23 de marzo de 2010
Despertar-Capitulo 22: La Otra Gran Sorpresa
viernes, 19 de marzo de 2010
Despertar-Capitulo 21: Sorpresa.
lunes, 15 de marzo de 2010
Diario de un Vampiro- Capitulo 7
Capitulo 7 “Descubrimientos”.
Domingo 23 de Junio.
Querido Diario:
Hoy no he visto a Steban en todo el día. Ya me estoy empezando a asustar, porque desde que sus hermanos se lo llevaron lejos de mi no lo he visto. Me preocupo mucho por el, ni siquiera atiende a su celular, y a su casa aparece el contestador. Obviamente le dejé mensajes, creo que tres el día de hoy.
Según Luna todavía soy muy joven y no solo de transformación, sino también de edad. Luna tenía diez y ocho y yo apenas diez y seis . Me sorprendió verla conmigo en el aula. ¿Abría mentido? Luego me preocuparía en responder eso.
Pero lo que quería saber era ¿Cómo llegué a ser esto? ¿Cómo me paso? Tal vez, según Luna el poder me encontró. Pero es Ovio que no, es más ¿Por qué sería especial?
Bueno, ya te hable de mis sentimientos ahora te diré lo que hice hoy.
Busque a Steban, al ver como no estaba. Como te dije al principio le dejé tres. Al ver que no estaba le pregunté a Sophie de su vida. Le pregunté ¿Como se había convertido?
Ella me respondió que en el siglo XX un vampiro llamado Romero Gunther la trasformo a los diez y siete. Romero la ayudo a controlarse para no ser descubierta y quemada – según en los cuentos a los “monstruos” se les quemaba- y así siguió hasta que encontró más bien dicho la encontraron, Ben, Kevin, Meredith y Matt.
Me dijo que Ben y Kevin fingían tener diez y nueve, Luna, Meredith, Matt y ella fingían tener diez y siete. Pero no era así, sino así:
Ben: Veinte años.
Kevin: Diez y nueve años.
Matt: Diez y siete.
Luna: Diez y ocho años.
Meredith: Diez y nueve años.
Y luego venia yo, la mas pequeña y la ultima atraída al grupo, o en palabras de Luna “la ultima hermana”. Me sentía vulnerable al ser la menor, nunca había sido la mayor en nada.
Luego le pregunté a Ben quienes eran sus padres, y el me explico que sus padres eran vampiros. Y tuvieron a Ben, alrededor que Ben tenia veinte años mataron a sus padres en el siglo XVI. Por pescarlos cazando a plena noche, en Inglaterra. El logro escapar gracias a sus padres, que lo ocultaron y le rogaron que no se dejara ver. Haci que vino a Louisiana.
Eso fue todo. Dejaré de escribir, son las tres de la madrugada y tengo escuela mañana. Y además debo salir a cazar. Mi garganta me está matando.
Así que cerré mi diario y lo puse en un lugar bastante oculto. Debajo del colchón y mi diario estaba disfrazado de una almohada. Nadie lo encontraría, aunque leyeran mi mente. Pero no podía acostarme aun, tenia que beber algo, la garganta se me incendiaba y tenía que salir ahora para no matar a Marta y a Robert. Puse la almohada bajo las sabanas y salté por la ventana. Aunque era pequeña pude saltar de ella.
Diario de un Vampiro- Capitulo 6
Capitulo 6 “Sentimientos”
-No entiendo cómo te puede gustar ese-dijo Luna.
-¿Cuál es el problema?-estaba realmente furiosa.
Al terminar las clases Luna y sus hermanos me "raptaron" por decirlo así para que entendiera que Steban no es un conejito, que no son dulces lobitos sino que son bestias. Al igual que nosotros.
Ahora nos encontrábamos en sucasa, era realmente grande, seguramente eran ricos por estar siglos vivos.
Su lasa de estar era realmente gigante, de color amarillo pálido empapelado. Sus muebles era de lo mas nuevos, de los que salen una fortuna, tenían tres sillones dos blanco bien largos y uno individual que estaba al lado de la gran chimenea.
Sus ventanas eran tan grandes a pesar que los rayos del sol lastimaban mucho los ojos de los vampiros. Luego pasando por el gran pasillo donde colgaba una gran araña se encontraba una puerta que conducía a la gran cocina. Era tan hermosa como las demás habitaciones solo que como nunca se usaba creo que hasta tenía polvo.
Nosotras estábamos solas, Luna y yo. Estábamos en "mi próxima habitación" ya que ellos me explicaron que pronto tendría que dejar a mis "tíos" por su propia seguridad.
-Somos enemigos naturales-contestó-como el agua y el aceite, no nos mezclamos.
-¿Y? si me gusta o no, no es tu problema.
Parecía enojada, como si estuviera decepcionada de mi. Me fulmino con la mirada como una madre a una niña regañándola por haber hecho una travesura grave.
Mis tíos me habían mirado así muy a menudo pero yo simplemente los ignoraba.
-Si lo es, porque soy tu hermana-dijo seria.
Cruce los brazos a la altura del pecho y le di la espalda. Luego de pensarlo unos segundos me dí vuelta y rendida bajé los brazos para hacer las paces. Era imposible enojarse con ella.
Mis dudas aumentaban así que me apresuré en preguntar todo lo que deseaba saber.
-Quiero que me cuentes cada detalle de la vida de un vampiro-dije con una sonrisa tímida.
Luna se sentó en la cama y yo me senté a su lado como una niña a punto de escuchar un relato de su madre. Se había preguntado por donde empezar varias veces y yo le había contestado que no importaba por donde empezara pero quería saber todo.
-Bien-dijo-no comemos, bebemos ni dormimos, no lo necesitamos. Tenemos fuerza sobre-humana y somos veloces, pero no tanto como ser fuertes. Bebemos sangre animal o humana. No hay diferencia. Solo que la humana es más dulce. No nos pasa nada a luz del sol. Es como cualquier otra luz. Pero la luz solar nos daña los ojos y debemos protegernos en días soleados. Nuestra piel es muy traslucida y tenemos belleza sobrehumana, pero no todos. Solo los que tienen dones o ya eran bellos en su anterior vida.
Observé que había quitado el tema de los licantropos, como si ellos fueran una plaga que hay que ignorar aunque yo no lo creía así. Quería saber lo que Steban no me había dicho en nuestro "juego" de preguntas.
-Y… ¿Por qué somos enemigos de los licantropos?
Al principio me dio vergüenza preguntar eso pero luego se me fue como por arte de magia. Luna se puso dura como roca y se pasó la mano por los cabellos para juguetear con ellos mientras se calmaba.
-Sus antepasados y los nuestros siempre se llevaron mal, solo porque a los vampiros no les da satisfacción su sangre. Pero los licantropos tienen sus razones para odiarnos, aunque ningún vampiro la ha sabido aún.
-Creí que nos gustaba toda clase de sangre.
-Sí, pero ellos tienen sangre caliente-dijo arrugando la nariz- y además no sabe para nada bien.
Eso me había aliviado. Sabía que no podía perder el control con Steban, aunque él si podía perder el control conmigo y eso no me asustaba. Me gustaba demasiado. Pero por otro lado si el me atacaba ¿yo que aria?¿Me quedaría con los brazos cruzados? ¿El lograría controlarse? ¿Lograría no hacerle algún daño?
-Quiero saber algo más…-dije-¿Y nuestros padres?
-Mira-dijo respirando hondo-todos nos dimos en adopción excepto Ben para que nos buscase. En fin, él busco a Kevin, ellos a Meredith, ellos tres buscaron a Matt, luego a Sophie y a mi. Y yo a ti.
-¿Por qué se complicaron así?
-Porque cuentan que si se hace ese procedimiento uno de tus hijos tendrá una habilidad especial. Miles lo intentaron pero no funcionó, y con ninguno de nosotros tampoco, solo quedas tú. Y lo intentaras cuando estés completa, aunque lo dudo ya que si ningún vampiro pudo.
-Y ¿Cuándo lo estaré?
Estos temas siempre me habían interesado, desde niña veía cosas de vampiros y deseaba ser uno pero me arrepiento de todo corazón de quererlo.
-No lo entiendes, no todos nacen o se trasforman con ese don.
-Bueno…-dijo-mejor te dejo sola, descansa, mañana tenemos un largo día.
En cuanto se fue de mi casa lo primero que hice fue correr a mi cuarto y sacar mi preciado e intimo diario. Aunque ahora tenía miedo de tenerlo por si alguien lo lee, tal vez me metería en problemas serios. Y no solo a mi, sino también a mis hermanos.
Sábado 24 de Junio
Querido Diario:
Tengo miles de cosas que contarte.
Las cosas se están poniendo cada vez más monstruosas. Cada vez es más difícil no pensar en él. Me pierdo en su ojos cada me vez que lo miro. También en sus perfectos músculos y en su cálida mirada.
Cada vez me cuesta más asumir lo que soy que hasta tengo miedo de decírtelo. Sé que siempre me conociste como Stella la chica más normal de todas. Ni la más buena ni la más mala, ni la mejor ni la peor, ni la obediente ni la rebelde, solo Stella. Pero ahora todo es diferente y el hecho de ser adoptada hace más difícil todavía asumirlo y la vida tiene menos sentido ahora. Creí que no tenía nada que hacer en este mundo, nada más ser yo. Pero ser lo que soy, tiene un alto precio y ni yo misma me lo hubiera imaginado. Nunca pensé que podría llegar a tener toda esta responsabilidad. Y el lunes tengo el examen de biología. Lo único bueno es que tengo esa misma clase con Stefan y, si estudié bien, podré perderme en sus ojos más tiempo del que pienso. Luna me prometió contarme más de lo que soy mañana en la. Sé que escribir sobre esto es muy peligroso, porque si alguien lo lee no sé lo que podría llegar a pasar y la verdad es… que realmente tengo mucho miedo.
Tengo hermanos. Es increíble porque me acabo de enterar hace unos pocos minutos. La verdad, es que siempre quise tenerlos aunque mis padres siempre me decían que no con la escusa de que ya era tarde. Pero la realidad es que no podían tener hijos y por eso me adoptaron
Hace unos días salí con Stefan. Le pregunté cosas sobre su especie y él me las iba a preguntar hasta que vinieron nuestros hermanos. Si, hermanos, tengo hermanos. Pero, gracias a ellos, podré tener no otra cita con él y ahora que sé mucho más sobre nuestra especie será más fácil responder sus preguntas.
Eso es todo
Stella
Cerré mi diario y lo puse de bajo del colchón. Bajé a cenar porque mis tíos me dijeron “a cenar”. Fui por qué no me haría nada, al bajar hacia un gran pollo y puré de papas en mi plato. Casi vomito al probar la comida, estaba horrenda a pesar que tenia buena pinta.
Luego me lave los dientes, me puse el pijama y me fui a dormir.
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