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viernes, 26 de febrero de 2010
Despertar-Capitulo 17: Juramento Eterno de Amor
miércoles, 24 de febrero de 2010
Diario de un Vampiro- Capitulo 3
Capitulo 3 “ Única esperanza"
De inmediato de me desperté. Todo había sido un sueño, nunca había sido amiga de Luna, Sophie, Meredith, Kevin, Matt y Ben. Me fije en mi pequeña mesita de luz la hora que era. Eran las ocho.
¡Ho Dios mío las ocho!
Salí de la cama disparada y en el camino al armario me tropecé con una bolsa de una tienda llamada “Glamure Shop” me llamo la atención así que vi su interior.
Había un gran y hermoso vestido cubierto de brillos color crema, mi color favorito para los vestidos. Lo saque y lo examine por un buen rato y luego mi conciencia volvió. ¡Se me avía olvidado lo tarde que era!
Baje furiosamente las escaleras y luego me encontré a mi tía en el camino.
-Tía, ¡porque no me despertaste!
-Porque llegaste bastante tarde ayer. Es decir hoy-dijo mi tía.
¿Hoy? ¿De que esta hablando? ¡Todo fue un sueño!
-¿No recuerdas nada?-Continúo
-No. Tía, ¿me he perdido de algo?
Estuvimos un rato de silencio y luego recordé todo.
Nada había sido un sueño, recuerdo que Luna dijo algo sobre lunática. No recuerdo la otra palabra que dijo.
-Descuida tía, le recordare. Iré a acostarme un rato-mentí
-Esa idea me gusta para ti. Tu tío y yo iremos al mercado. Cualquier cosa llámame.
-Si, adiós-le dije mientras subía la escalera.
No savia que hacer:
Primero, la familia Callow me habla de la nada.
Segundo, el chico de mis sueños me invita sin ni siquiera conocerme.
Y Tercero mis cambios de estar y humor están cambiando repentinamente.
Estaba asustada, no sabía que me estaba pasando y que pasaba a mí alrededor. ¿Por qué todos tan buenos conmigo? ¿Por qué no recuerdo nada de lo de ayer? ¿Por qué? ¿Por qué…?
De repente me sentía confusa y mareada. Y como siempre débil, pero esta vez en serio. Más que las otras veces, me sentía sedienta. Tenia mucha sed, la garganta me quemaba.
Fui corriendo a buscar algo de agua. Al bajar las escaleras casi me caigo, pero no me importó. Seguí corriendo para calmar mi garganta. Cuando me encontré en al cocina con un ágil movimiento recogí un vaso y rápidamente saque agua de la heladera. Bebí el vaso completo pero aun no se me saciaba la garganta.
Haci que empecé a tragar saliva para que la garganta se mejorara al menos un poco. Pero nada, así que subí las escaleras con poca energía dirigiéndome hacia mi habitación. Casi ni podía hablar, lo único que podía hacer en estos momentos era acostarme y dormir tranquilamente. Sin energías acudí a la cama y sin hacer ningún otro esfuerzo me acosté y dormí un rato.
Mi sueño era distinto a todos los demás, este era sobre mí. Y nadie más.
Me encontraba en un hermoso prado. Pero yo tenía una apariencia distinta; ojos color dorado y mis rizos color cobre mezclado con negro. Mi piel estaba pálida y podría jurar que hasta fría. Y alrededor de mis labios rojos como la llama del sol, tenía sangre y saciaba de más.
Luego un gran lobo apareció furioso de mi presencia yo aun seguía confundida allí, esté se abalanzó sobre mí y me hiso un tajo en casi la mitad de mi brazo.
Me desperté gritando como una boba tratando de recordar lo que pasaba. Me saque la manta y me levante lentamente. Me sentía más fuerte y mejor. Estire los brazos.
Lance un chillido bajo. Ya que tenía una mordida en la muñeca, parecía como si… Como si un animal me hubiera mordido. Fui corriendo al baño más cercano para examinar la herida. Cuando al fin llegue prendí la luz y me vi al espejo. Me asuste de mi misma ya que tenia alrededor de mi boca sangre. Como en mi sueño, estaba idéntica a mi sueño. Me asuste al verme así y luego pensé en los Callow. Ellos eran pálidos y tenían los labios colorados; ojos color negro; cabellos negros y cobre; nadie tocaba su comida. Son… mas bien somos vampiros. No sabia que hacer, estaba confusa y tenía bastante miedo de mi misma. ¿Yo me había dormido la muñeca? Necesitaba contárselo a alguien… Necesitaba decírselo a Luna. Me fije en la hora y ya deberían estar en casa o caminando a su casa. Recogí el celular y la llame rápidamente. Marqué casi llorando su número con mi única esperanza que no estuviera equivocada, que hubiera una forma de sacarme esto.
-Stella…
-Luna, se que tu sabes mejor que yo lo que soy. Necesito que me ayudes-le implore.
Susurro algo a alguien tan bajo que no pude oírlo.
-Stella, necesito que me veas ahora en el bosque… ¿de acuerdo?
-Cuenta con ello-le asegure.
Luna corto y yo también, saque de mi armario rápidamente una campera larga y me coloque la capucha para cuando pasara en frente de mis tíos no me vieran así.
Baje las escaleras lentamente ya que no quería alarmas a mis tíos. Pero era tarde, mis tíos se encontraban en la sala de estar sentados en el sillón y supuse que ellos querían hablar conmigo. Me acerqué tímidamente a ellos.
Asintieron con la cabeza y luego me hicieron un espacio en el sillón para que yo me sentara. Caminé confusa como si les tuviera miedo, no sabía que podía hacerles y que no.
-Mira linda, tus padres no murieron…
-¡¿De que hablas?! ¡Yo los vi con mis propios ojos!-le interrumpí a Robert.
-Linda, ellos eran los que te criaron-me dijo mi tía confortándome.
No podía creerlo tanto sufrimiento, tanto dolor, tanta culpa estos años. ¡Y no eran mis padres! No lo podía creer, no podía. Ellos me habían cuidad con tanto cariño, con tanto amor, ¡No! Era una farsa, una horrible mentira de pésimo gusto.
-¿Porque me ocultaron esto?-pregunté tapando mis ojos por mis manos-¿Por qué?
-Porque te irías y…- no pudo terminar la frase-Mira, te amamos y no queríamos perderte.
Me quede sin palabras… no podía estallarles en la cara toda mi furia, no podía. Ellos me habían cuidado tanto tiempo. Aun más que mis supuestos abuelos. No podía irme y dejarlos solos.
-Yo también los amo pero… no debieron ocultarme esto-les dije con dulzura.
Ellos me abrazaron por los costados y yo les devolví el abrazo.
-Marta, Robert debo irme al encuentro con Luna.
Me miraron sorprendidos y sin palabras me pare y me dirigí hacia la puerta principal para ir con mí una esperanza. Luna.
-Bien Stella… practicaremos lo básico-me dijo Luna.
-Esta bien, he… ¿que es lo básico?
-Bien, tu único propósito es que tu sepas controlar a la sangre, al menos a la humana-me dijo con una sonrisa-Bien, aprenderás a cazar sin ser vista.
No estoy lista para esto
Estaba asustada y en mi mente lo único que repetía era “No estoy lista para esto” Respire hondo y luego trate de prestar atención ignorando mis pensamientos de preocupación.
-Bien, ¿tienes hambre Stella?-pregunto ella.
Asentí con una sonrisa falsa y luego cerré los ojos. Olí un pequeño animal, del tamaño de una ardilla. Tal vez una liebre o un conejo, no lo se pero olía suculento.
Perdí el control y con mi nueva velocidad derribé un árbol y luego encontré a una ardilla en el árbol derribado. La atrapé y luego lentamente acerque su brazo a mi boca. Rápidamente succione la sangre que tanto deseaba. Pero no era suficiente, quería más. Haci que deje al animal muerto en el suelo y cerré los ojos para volver a concentrarme en otro animal. Detecte al instante una presa grande y parecía bastante jugosa. Sin perder tiempo corrí con la misma rapidez, llegue a verla y rápidamente corrí tras ella. La derribe y luego mi presa empezaba a suplicarme.
-No por favor niña… -Me acerqué a su garganta y empecé a succionar-¡No!
La victima hacia ruidos de auxilio pero todos sus intentos habían sido en vano. Al tercer intento de pedir auxilio murió por perdida de sangre.
Alguien estaba a mis espaldas, me di vuelta y era Luna. Ella miro con espanto a mi victima y luego recobre la razón. Rápidamente me levante con las manos en mi boca y luego no podía creerlo, había matado yo misma a un anciano.
-¡No!-dije en un murmullo-¡No… No… No! En que me he convertido-dije tapándome los ojos con las manos y aterrizando en el pasto de rodillas.
Luna puso su mano en mi hombro y me acaricio con dulzura.
-Stella no fue tu culpa, estas en entrenamiento –Dijo mientras extendía su mano para levantarme.
Acepte la mano sacándome las manos de los ojos. Mis ojos estaban húmedos y empecé a llorar lentamente..
-Por eso es que mi familia no puede llora. Pero tu puedes llorar…-dudó- Stella, ¿tu duermes?
Asistí.
-Eres bastante humana, para ser un vampiro. Tal vez no haga falta que cases.
Al explicarme esto tenia muchas dudas más… Pero no tenía tiempo para ellas. Sino en que hacer con ese pobre anciano tirado allí como si fuera una bolsa de papas.
-¿Que aremos con este pobre sujeto?-le dije mirándola
-Lo que siempre hacemos cunado algo falla-me dijo sonriendo-hay que llevarlo al mar. Allí estará bien y nadie lo descubrirá.
Dude por un segundo pero no tenia otra idea mejor. Es mas, es mejor llevarlo a algún lado que dejarlo en el medio del bosque. ¡El Bosque!
-No, ¿porque no lo enterramos aquí mismo?
-M...Mm... Buena idea. Nos ahorraríamos más tiempo.
No estaba feliz por hacer esto pero no tenia de otra. Es mal ahora esta en un mejor lugar, y espero que pueda perdonarme por… No quiero pensar en eso.
Me sentía como una acecina, mi conciencia me iba a matar por dentro. Pero me lo merecía, ese pobre hombre no tenia porque morir así.
Cuando llegue a casa hice el esfuerzo para no ver a mis “tíos” de frente. No quería enfrentarlos. En vez de llegar a casa me desvíe del camino hacia el cementerio donde estaría tranquila y sin matar a nadie.
Pero antes de marchar deje que Luna diera la vuelta con el auto para que no me siguiera. Dio la vuelta y sin perder tiempo con pasos humanos corrí por las cuadras.
Me sentía mal, hoy era el peor día de mi vida. No savia que hacer…
Vivir con este sufrimiento eterno o acabar con la tortura…
Seguir matando por sobrevivir o dejar a los inocentes y terminar yo misma…
Esos eran pensamientos masoquistas, pero serian buenos para los humanos. Yo debo recordar que antes fui humana, y lo extraño. Ojala alguien me hubiera propuesto esto y tuviera la oportunidad de decir “No”.
Al llegar al cementerio lo primero que hice fue sentarme en la tumba de mis supuestos padres y pensar en hacer lo correcto.
-Mamá, papá. Necesito su ayuda-les dije mirando al cielo- ¿Qué debo hacer?
No quería llorar, no debía llorar. Debía ser fuerte por todo lo que me esperaba. Debía ser valiente pero… No quería matar a gente, tal vez debería pedirle a Luna que me ayudara a acabar con mi vida y con eso ayudaría a salvar miles de vidas. Pero no me daría por vencida.
-Prometo no ser masoquista ni pensar en ello de nuevo- se dijo mirando al verde pasto.
Quería volver a casa, me sentía cansada pero sorprendentemente no lo estaba. Me levanté sin mucho esfuerzo y les dije un simple adiós a mis queridos padres. Camine lentamente hacia la avenida, luego de un rato me quede parada contemplando la hermosa luz de la luna. Tan hermosa y delicada, tan pálida, tan…
-¡Stella!-oí gritar a alguien.
Esa vos me era bastante familiar, ¡pero claro! Era Robert, pero ¿para que había venido?
-¡¿Stella?!-cada vez mas cerca
-Robert…
Me interrumpí a mi misma con un pensamiento de aquel joven que me había invitado al baile cuando no me conocía, ese pensamiento no se me iba de la cabeza.
Robert vino hacia mi con un humor de perros y luego hizo una escena dramática de un padre enojado.
-¿Puedes regañarme en casa? No estoy de buenas y también estoy cansada-se suplique.
Robert me vio con cara de preocupación y me tomo de la mano para llevarme al coche estacionado a media cuadra de allí. Al llegar al coche me senté al lado del conductor me mire hacia la ventana de mi asiento para no ver a la cara a mi “tío”.
Jueves 21, al volver de la casería
Tengo algo horrible que confesarte, pero es tanto el miedo que hasta me da miedo escribirte. ¿Que debo hacer? mañana es mi cita con el chico de mis sueños y lo arruinaré , seguramente lo aré como hice hoy con mi primera caza...
En esos momentos una pequeña lagrima calló sobre la pequeña hoja de papel.
Ho... no puedo, no puedo presentarme mañana así... estoy pálida, mis ojos cambiaron al igual que mis cabellos. Aunque estoy mas bella no puedo salir así!!!
¿Que debo hacer?
Stella
Diario de un Vampiro- Capitulo 2
Capitulo 2 “Enigmas”
Al despertar me puse una camisa color verde con unos Jeans claros. Camine rápidamente hacia la cocina para comer algo, tal vez una barra de cereal o tan vez un baso de agua. Luego de salir de casa con una barra de cereal camine lentamente para observar a los alrededores. Me pregunte porque me seguía ese perro ayer… Cuando cruce la calle me encontré con un amigo de Elena. El me reconoció y se acercó rápidamente a mí, se puso a mi lado y empezamos a charlar.
-Hola Stella, ¿te acuerdas de mí?
-Si, eres el amigo de Elena, nos sentamos ayer en el almuerzo.
-Si… ha, me llamo Justin. Perdóname por no haberme presentado.
Luego de un rato de silencio termine mi barra de cereal y Justin se fijo en el reloj.
-¿Vamos retrasados?-Pregunte asustada
-No… falta media hora-dijo volviendo a mirarme.
Asentí con la cabeza y luego caminamos lentamente y en silencio hacia el instituto. Nos separamos cuando llegamos a la cuadra, Justin se desvío para reunirse con unos jugadores de rugby y yo seguí adelante. Y me dirigí a la clase de español que era mi primera clase del día. Estaba entusiasmada, vería otra vez esos hermosos ojos. Me senté en mi pupitre de ayer y esperaba a que Steban se presentara. Y cuando entro al aula me miro fijamente y se sentó detrás mío ya que el pupitre de Steban estaba ocupado por un chico mas alto que yo. Al lado de Steban estaba su primo, mire hacia atrás para verlo pero ni me dirigió la mirada, ninguno de los dos. Luego de un momento me sentí bastante débil y cansada, pero no quería hacer un drama así que me mantuve callada. Empezó la clase y de repente tenia el deseo de que el profesor se callara, que nos de un rato libre para calmarme un poco. De repente el profesor sacude la cabeza y anuncia que como no había traído sus papeles, daba esta hora como recreo.
¡Que suerte tenia!
Me recosté en el pupitre habiendo como almohada con mis brazos. Luego escuche murmullo detrás mío. Y adivine que era de Steban y su primo. Pero no me importo escuchar, cerré los ojos solo un segundo y luego una muchacha-La que había visto en al hora del almuerzo, mirando con rabia a los Murdún- se dirigía hacia mi. Cuando paso por el costado de Steban y su primo, ellos la miraron con odios, pero ella ni les presto atención.
-Hola, ¿te sientes bien?-Pregunto amablemente.
-S…i..i..-mentí.
La muchacha tiro una ricita y luego sonrío de nuevo.
-Me agradas…-dijo aun con la sonrisa-¿Quieren sentarte con nosotros en el almuerzo?
-Claro, pero ¿a tus amigos no les importa?
-Va, quédate tranquila. Ahora trata de descansar. Esta muy caliente. Ah casi me olvido, tu nombre es Stella ¿verdad?
-Si
-Me llamo Luna Callow.
-Mucho gusto-dijo haciendo un esfuerzo para sonreír como ella.
-Antes de dejarte descansar, ¿vamos al baile juntas? No pensaba ir porque ninguno de mis hermanos iría… pero si vas tu, podríamos ir como compañeras.
-Es que…-Vi el rostro de Luna, estaba entusiasmada, no podía negarle- Si estaré allí.
-¡Excelente! Bueno te dejo descansar, nos vemos después.
Recosté mi rostro nuevamente entre mis brazos esperando hasta llegar a casa. Pensando en recostarme y descansar.
Tal vez debería ir a la enfermería.
Cuando llego la hora de almorzar, como prometí me acerqué con timidez a la mesa donde se encontraba Luna. Ella me sonrío al ver que me acercaba lentamente a su mesa. Cuando me senté al lado de Luna ella me presentó a toda su familia. Luego un escalofrío me pasó por la espalda, me di la vuelta y estaban todos los Murdún mirándome con duda. Uno de ellos lanzo puré en la cabeza de aquel muchacho morocho que se encontraba al otro extremo de mí. El se dio la vuelta y todos se los de la mesa de los Murdún se reían de el. El muchacho se concentró en aquel que le lanzó la comida y de repente el muchacho empezó a golpearse la cabeza contra su propia comida… Parecía como… como si lo estuvieran manipulando. Como si fuera un títere.
-Eso fue extraño- dije tan bajo que se convirtió en un murmullo.
Estuvimos en silencio comiendo hasta que Luna decidió sacar el silencio.
-¿Como iras al baile??
-Hem… No lo se, no tengo algo en especial que ponerme-Cuando pronuncie las palabras Luna me miro como un fantasma.
Ella me negó con la cabeza y luego con sus dedos espesó a golpear delicadamente la mesa.
-¡No! Yo te llevare de compras luego de la escuela, ¿te parece?
-E…-Antes de que pudiera responder me miro con la cara que me miro en español.
-Será divertido-concluí dándole una sonrisa.
Ella me devolvió alegremente la sonrisa y luego uno de sus hermanos nos hizo llamar la atención a todos y luego Luna entendió la razón.
-¿No te he presentado a mis hermanos?-Negué con la cabeza-Ho, cielos se me fue la lengua. Mira, ella es mi hermana Meredith-Meredith me sonrío. Tenía el pelo largo y rubio, y ojos color negro como carbón- Ella es mi otra hermana Sophie-Sophie era una muchacha alta y tenia un largo pelo color cobre y sus ojos como los de Meredith.
-Mucho gusto-Les dije sonriéndoles a ambas.
-El placer es nuestro-Dijo Sophie.
-Igual para ti Stella-Dijo Meredith.
-Bueno, el, es mi gigante hermano Kevin-El se río y yo le sonreí- Uno de los mas pequeño de la familia Matt-El me sonrío y yo le devolví la sonrisa- Y el es el mas grande de todos Ben. Y yo, soy la mas pequeña…
Kevin era realmente grande, tenía el cabello demasiado corto color negro. Y tenía el mismo color de ojos de sus hermanas. Matt era alto pero no tanto como Ben, Matt tenía el cabello enrulado color negro. Y Ben era el mas alto, casi de la misma altura de Kevin, también tenia ojos color negro y cabello lacio y corto color negro.
Luego de un rato empecé a sentirme más y más débil. No podía ni levantar el tenedor. Me apoye todo lo que pude contra el respaldo y luego llame la atención de todos los familiares.
-¿Te sientes bien?, ¿Te sientes débil?-Pregunto Sophie mirándome con sorpresa.
-Si, un poco. Pero no es para alarmar a nadie.
Todos los de la mesa intercambiaron miradas. Luna me miro sin saber que decir. Y luego me sonrío apoyando su mano en la mía.
Toco el timbre de clases. Ahora tenía gimnasia, me levante última ya que quería quedarme allí un rato. No podía mas, mi cabeza iba a explotar. Cuando todos se fueron de la cafetería me levante y lentamente, tratando de no tropezar me fui al baño de damas. Me moje la frente para calmarme un poco y luego me dirigí al patio a tomar un poco de aire ya que eso me aria bien. Pero mi dolor empeoraba, así que fui a la enfermería ya que no daba más. En el camino me encontré con uno de los hermanos de Steban. El me miraba como si estuviera viendo un fantasma, me caído por la debilidad de mi cuerpo. El hermano de Steban se quedo mirando sin esfuerzo para ayudarme. No podía levantarme, al lado mío había un casillero así que lo use para levantarme. Cuándo logre quedarme de fue seguí para adelante. Aunque luego me di cuanta que no sabia donde estaba la enfermería. Pasó Sophie en el pasillo por casualidad y le pedí ayuda para que me llevara a la enfermería.
-¡No!, quiero decir que… ¿porque yo no te llevo?-Dijo teniéndome del hombro para evitar caerme- Tengo con la maestra Jessica, seguro no le importara.
-He… no, no importa resistiré un poco mas. Dudo que a Luna le agrade que la plante en nuestro día de compras.
Ella me sonrío y me llevo a su auto para que descansara allí. Pero cuando ella se fue a su clase, salí del auto y me senté en un banco que estaba allí al lado.
Toco el timbre y vi a todos salir y me pare y me dirigí a dentro de clases para avisar a los profesores lo ocurrido pero en el camino me encontré con Steban que se aproximaba a mi. Cuando el me alcanzo yo me di vuelta para verlo y luego empezó a hablar.
-Hola, soy Steban Murdún-Me saludo amablemente.
-Hola, soy Stella Amber.
-¿Vas a ir al baile?-Pregunto con una sonrisa
-Si, supongo que aunque no quiera Luna Callow me ara ir contra mi voluntad.
Ambos nos reímos y luego Steban y yo paramos.
-¿A que se debió la pegunta?-Pregunte embobada.
-Me preguntaba… si querías ir al baile conmigo-Me sonrío y yo me quede pálida.
-Claro-casi murmure de lo baja y débil que salio mi voz en esos momentos.
-Bueno, un gusto conocerte. Adiós-Me saludo y luego se dio la vuelta para marcharse.
Me sentía mucho mejor. Me dirigí con Luna para decirle que nuestras compras no se cancelaban.
Fui casi corriendo de la alegría ya que Steban no me había hablado desde el primer día, solo nos mirábamos. Cuando me encontré con Luna ella me vio con una sonrisa rabiarte. Ella se me acercó a mí y luego me miro fijamente manteniendo la sonrisa.
-¿Te sientes mejor?-Pregunto apoyando su mano en mi hombro.
-Si, tengo que decirte algo… Alguien me invito al baile…
-Enserio… ¿Quién?
-Steban Murdún- Cuando pronuncie las palabras se le desapareció la sonrisa a Luna- ¿Que?... ¿he hecho mal en aceptar?
-Stella…. Espérame junto al auto, vuelvo en seguida. Prométeme que no te moverás de allí.
-Lo prometo- murmuré.
Vi a Luna irse hacia la dirección de los Murdún. Cuando llego empezó a discutir con ellos, todos se reían de ella a mandíbulas abiertas. Me detuve a pensar en lo que podrían estar discutiendo. Luego se me vino una idea a mi cabeza. Su discusión tenia que ver con migo.
Estaba a punto de ir a buscar a Luna ignorando la promesa que le había echo. Pero antes de poder intervenir en su discusión Luna dio la vuelta y se dirigió hacia mí.
-Stella, ¿quieres llamar a tus padres para avisarles que llegaras tarde?
-He… tíos-Corregí- y es buena idea, odio cuando se preocupan por mí.
Ella puso una expresión de disculpa y luego saque mi pequeño teléfono celular y luego mi tía atendió.
-Hola tío, quería avisarte que hoy volveré tarde. Iré de compras con una nueva amiga.
-Ho… Stella, ¿tienes una nueva amiga? Vuelve tarde si quieres.
-Bueno gracias tío adiós.
-Adiós linda.
Corté y luego me dirigí a Luna ella me sonrío y luego me invito a ir en su auto. Era un Bolita Moderno color blanco. Era bastante lindo, y estaba bien cuidado.
-Yo ¿conduzco, te parece?
-Adelante-le dije.
Me senté en el copiloto y luego me coloque le cinturón de seguridad. Luna empezó a conducir sin el cinturón y luego empecé a ponerme nerviosa.
Luna estaba tensa, más de lo que creía. Estaba a asustada, pero no de ella. Desee que se pusiera el cinturón. En esos momentos eso era lo que mas deseaba.
Luego de un momento en un abrir y cerrar de ojos Luna tenia el cinturón puesto, me asuste y luego me sentí mas débil.
-Luna, ¿te molesta si me llevas a casa? Me siento algo débil.
Ella sonrío y luego estaciono el coche. Apago el motor y luego me miro a los ojos.
-Stella, se que me vas a creer una lunática pero…
Diario de un Vampiro- Capitulo 1
Diario de un Vampiro...
Los Opuestos se atraen uno al otro.
Como Hielo y Fuego.
Son enemigos naturales.
El frío en necesario para controlar el calor.
El calor es necesario para controlar el frío.
Capitulo 1 “Primer Día”
Acababa de mudarme, mi nuevo hogar estaría en Louisiana, está sobre el lateral del río Missisipi. En el estado de Texas, allí llueven 199 días, en todo el año. Excelente. Tiene mucha vegetación y allí en frente de las costas estaba el famoso “Mar Muerto”. Estaba resumido, todo iba a ser demasiado aburrido en todo este año que me quedaré con mis tíos.
Lo único interesante de este lugar eran las leyendas, ya que de México se cruzaron leyendas a Texas y dicen que hay muchas criaturas en los bosques. Entre ellas, Hombres Lobo, Licántropos y Vampiros. A mi no me interesaban esas leyendas pero era lo único divertido aquí. Y apropósito, ¿no que Licántropos y Hombres Lobo eran lo mismo? Al llegar bajé del auto y esperé.Mis tíos me espetaran allí en la casa nueva. Ellos eran muy buenos conmigo. Mis padres murieron cuando yo tenía doce. Pero no quería pensar en eso. Mi tía bajo apenas me vió, ella era tan dulce y adorable con todos. Cuando al fin salio de la casa bajo rápidamente los escalones de la casa y directamente fue y me abrazo.
-Bienvenida-Me dijo con una sonrisa en el rostro.
-Gracias-Le devolví el abrazo y luego subí a la casa. Allí me esperaba mi tío con la llave de mi habitación.
-Hola Stella-Me saludo con entusiasmo-Esto es para ti-Me entrego la llave de mi habitación y yo la guarde en mi bolsillo delantero de la campera.
-Hola tío-Le dije. Directamente subí las escaleras hacia mi habitación. Mi habitación se encontraba al lado de la de mis tíos. Eso era lo malo, porque a la noche usualmente grito al tener pesadillas, y los alertaría.
Me metí a mi habitación, no había cambiado mucho desde la última vez que la vi. Paredes blancas, ventana pequeña, un armario cómodo y una cama cómoda.
Empecé a desempacar y cuando termine con la ropa me di cuenta que me faltaba mi valija mas preciada. La que tenia toda las fotos de mis padres y mías.
Baje rápidamente y encontré mi valija tirada por el medio del cuarto principal. Mi tío estaba en frente mío observando que hacia con mi valija.
-Esto no es un hotel-Me dijo con tono burlón
-Perdón por ser humana-Murmure tan bajo que no me escucho.
Lleve mi valija hacia arriba arrastrándola por las escaleras, de tan pesada que era. Cuando al fin llegue al piso de arriba levante mi valija hasta llegar a la habitación. Apoye la valija en la cama y la abrí con delicadeza. Allí estaba todo, sin ningún rasguño. Saque la foto que mas me importaba que era mis padres y yo en nuestra casa. Tenía once años cuando sacaron esta foto. Me recosté en mi cama para pensar en aquel desastroso día en el que mis padres se fueron para siempre. ¡Y todo era mi culpa!
Se me derramo una pequeña lagrima por mi mejilla y siguió deslizándose hasta llegar a mis labios. Fui a bañarme con una ducha rápida y bien caliente. Pero la puse tan caliente que termine mareada cuando salí.
Me puse el piyama y directamente me fui a la cama ya que no quería comer hoy. Me tape poco por la cantidad de agua caliente que había usado.
Y tuve un sueño raro, no savia si era una pesadilla o un sueño.
La escena era un bosque, era ya casi invierno. Me encontraba en frente de una silueta que me miraba fijamente con ojos de curiosidad. Luego descubrí que esos ojos no eran humanos, sino de…
Me desperté rápidamente y me dije en el reloj que era temprano para lavarme los dientes, cambiarme e ir al instituto. Me levante lentamente, luego me estire y bostece.
Salí de la cama con un salto de mal ánimo y me fui al baño para cepillarme los dientes. Yo era la primera en levantarme note. Bueno a parte de mis tíos, cuando termine fui otra ves a mi cuarto y me puse una remera celeste manga tres cuartos y un Jean claro. Y en vez de zapatillas me puse unas chatitas color azul.
Agarre un pequeño cepillo y le cepille el cabello para ponerme una fina binchita.
Cuando estuve lista baje para servirme un buen tazón de cereales con leche. Mis tíos estaban viendo una novela para ancianos. Me despedí de ellos con un simple adiós y me fui hacia el instituto.
Como no tenía auto fui caminando. A mi me gustaba caminar, es mas si no tuviera mochila correría. Pero eso se vería torpe ya que me caigo siempre que corro.
Cuando al fin llegue, camine más lento ya que me pregunte, como me tratarían.
¿Serian buenos con migo?
Saque de mi bolsillo mi salón, mis clases y horarios. Y mi primera clase era Gimnasia, estaba por empezar. Faltaban quince minutos, así que e apresure en descubrir mi locker y recoger mis libros. Fui caminando rápido y en el camino me tropecé con dos chicos que venían a la dirección contraria. Ellos se rieron re mí en mi cara y se fueron. Yo quede tirada, hasta que decidí levantarme, todos me miraba. A mi no me gustaba llamar a atención, luego de un rato de silencio todas las miradas se fueron con sus compañero y empezaron a cotillear.
No mire a nadie, trate de mirara al piso e ir a mi objetivo, el locker. Cuando lo encontré dirigí la mirada únicamente a la combinación que me habían dado. Tan rápido como cuando logre abrir el locker guardé mis libros y luego me dirigí a los vestidores para prepararme para gimnasia. Esta vez para prevenir incidentes camine comúnmente hacia los vestidores. Cuando llegue me cambie rápidamente ya que estaba algo retrasada. Me asegure al terminar guardar en mi bolsillo mi inscripción con las clases y horarios. Fui corriendo ya que nadie estaba en los vestidores, a la clase.
Llegue justo cuando la maestra hee… Mercedes estaba explicando la consigna de hoy.
Cuando me vio entrar me miro con sorpresa y se acercó lentamente a mi como si no supiera que hoy venia a su clase. Ella me pidió tan rápido cuando estaba en frente mío los papeles de mi inscripción y mis horarios de clases. Se los entregue sorprendida ya que no sabía que vendría. Ella me estrecho la mano y me dijo “Bienvenida a la clase de gimnasia”. La consigna era simple, ponernos en grupos de a dos y hacernos pases. Para mi era una misión imposible ya que no conocía a nadie y mi bienvenida no fue lo mejor del mundo. En un segundo todas la chicas estaban de a dos ecepto yo y otra chica morocha que me sonreía y lentamente se acercaba a mi.
-Hola, me llamo Elena, tu debes ser Stella ¿verdad?-Dijo con una sonrisa bastante amigable.
-Si, hola.
-¿Hacemos pareja?-Pregunto señalándome de nuestro puesto.
-Claro-le devolví la sonrisa y ella me lleva a nuestro puesto con la simpática sonrisa de siempre.
Empezamos, ella sacaba y yo trataba de devolvérsela aunque no era la mejor en gimnasia, algunas veces lograba devolvérsela. Termino la hora y me dirigí a la clase de español. El profesor me recibió con una sonrisa y luego amablemente me pidió mis papeles. Me dio la bienvenida y me mostró un pupitre vacío. Me senté rápidamente aunque faltaban diez minutos para empezar la clase. Me sentaba en una esquina, al lado de la pared. Me distraje un segundo contemplando en pupitre vacío a mi lado hasta que un chico se sentó sin ni siquiera mirarme. Acomodo sus cosas y luego giró la cabeza hacia mi. Me dedico una sonrisa, el encontró mi mirada y yo la suya. El tenia unos hermosos ojos en el centro azules y alrededor verde claro. Era hermoso, aunque no sabia su nombre y dudo que el tampoco sepa el mío. Empezó la clase pero nos seguimos mirando, hasta que el decidió desviar la mirada, yo deseaba seguirnos mirando. Quería volver a ver esos preciosos ojos, y sus detallados labios. Yo mira hacia delante aunque era tarde ya que la clase había terminado.
Cuando llego la hora del almuerzo me senté al lado de Elena, ella se sentaba con dos chicos y otra chica. Ella me presentó, yo tímidamente salude y luego les pregunte sobre aquel chico de español.
-Ha, el es Steban Murdún, es nuevo, vino con sus hermanos y primos. Llegaron hace un mes. No hablan mucho-dijo la amiga de Elena.
Me mantuve callada mientras ellos estaban ideando un plan para ir al cine. No escuche lo que iban a ir a ver, estuve viendo a Steban sentado con sus amigos en una mesa, y al otro costado estaban otros chicos que los miraban con odio. Toco la campara del almuerzo y me dirigí a la clase de física. Allí me encontré con una amiga de Elena. Nos sentamos juntas y empezamos a hablar hasta que el profesor llamo la atención de la clase y empezó a explicar un tema que ni siquiera preste atención.
Toma apuntes de lo que preste atención aunque era poco. Mi compañera tomo menos apuntes que yo así que me dije que estaba bien.
Termino la hora de física, y antes de irnos el profesor nos llamo a aleación para decirnos que necesitaban personal para el comité de bienvenida, para un aburrido baile.
Estaba de vuelta a mi casa y me encontré con un perro que me seguía, distinguí la raza era un lobo. Pero empezaba a asustarme, yo amaba a los perros pero que un perro me siguiera de la nada me asustaba. Me detuve para agacharme y mirar la placa del perro. No tenia placa, solo tenia un collar que era de color negro como su pelaje.
-Que te pasa, ¿estas solo?-le pregunte acariciando su cabeza peluda. El lo disfrutaba según como estaba acomodándose. Eche un vistazo al reloj y iba tarde para desayunar. Me despedí del simpático perro y lo deje atrás ya que empecé a correr. Tampoco el perro se movió, de echo se dirigió hacia la escuela. Corrí no tan rápido ya que estaba exhausta. Al llegar a casa mi tía me saludo y me preparo un chocolate frío ya que estábamos en verano. Luego de desayunar fui rápidamente a mi diario a escribir lo sucedido el día de hoy.
Luego de clases
Querido Diario:
He conocido a un muchacho, bueno no conocer de conocer. Pero nos quedamos mirando casi toda la clase de español. Como te conté antes en mi escuela anterior tenia novio pero era un cretino. Pero Steban Murdún paresia de apariencia y como me contaros mis compañeras era todos un caballero aunque no hablaba mucho. Espero alguna ves tener el valor para hablarle sin decir alguna estupidez.
Bueno a parte de eso no tengo mas para contar.
Cerré el diario y lo puse en un cajón alado de la cama. Siempre lo había guardado allí y nadie me lo había encontrado. Ni siquiera mi madre que de juego buscaba mi diario.
Me metí bajo la ducha y luego fui directamente a la cama. Hoy tampoco tenía mucha hambre. Únicamente baje a comerme un sándwich y tomar un poco de jugo de naranja.
martes, 23 de febrero de 2010
Despertar- Capitulo 16: Juramento Eterno de Amor
viernes, 19 de febrero de 2010
Despertar-Capitulo 14: Medianoche
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