Bienvenidos

Bienvenidos a mi pagina... donde Nessie y Jacob tienen su propia historia de amor.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Diario de un Vampiro- Capitulo 3

Capitulo 3 “ Única esperanza"

De inmediato de me desperté. Todo había sido un sueño, nunca había sido amiga de Luna, Sophie, Meredith, Kevin, Matt y Ben. Me fije en mi pequeña mesita de luz la hora que era. Eran las ocho.

¡Ho Dios mío las ocho!

Salí de la cama disparada y en el camino al armario me tropecé con una bolsa de una tienda llamada “Glamure Shop” me llamo la atención así que vi su interior.

Había un gran y hermoso vestido cubierto de brillos color crema, mi color favorito para los vestidos. Lo saque y lo examine por un buen rato y luego mi conciencia volvió. ¡Se me avía olvidado lo tarde que era!

Baje furiosamente las escaleras y luego me encontré a mi tía en el camino.

-Tía, ¡porque no me despertaste!

-Porque llegaste bastante tarde ayer. Es decir hoy-dijo mi tía.

¿Hoy? ¿De que esta hablando? ¡Todo fue un sueño!

-¿No recuerdas nada?-Continúo

-No. Tía, ¿me he perdido de algo?

Estuvimos un rato de silencio y luego recordé todo.

Nada había sido un sueño, recuerdo que Luna dijo algo sobre lunática. No recuerdo la otra palabra que dijo.

-Descuida tía, le recordare. Iré a acostarme un rato-mentí

-Esa idea me gusta para ti. Tu tío y yo iremos al mercado. Cualquier cosa llámame.

-Si, adiós-le dije mientras subía la escalera.

No savia que hacer:

Primero, la familia Callow me habla de la nada.

Segundo, el chico de mis sueños me invita sin ni siquiera conocerme.

Y Tercero mis cambios de estar y humor están cambiando repentinamente.

Estaba asustada, no sabía que me estaba pasando y que pasaba a mí alrededor. ¿Por qué todos tan buenos conmigo? ¿Por qué no recuerdo nada de lo de ayer? ¿Por qué? ¿Por qué…?

De repente me sentía confusa y mareada. Y como siempre débil, pero esta vez en serio. Más que las otras veces, me sentía sedienta. Tenia mucha sed, la garganta me quemaba.

Fui corriendo a buscar algo de agua. Al bajar las escaleras casi me caigo, pero no me importó. Seguí corriendo para calmar mi garganta. Cuando me encontré en al cocina con un ágil movimiento recogí un vaso y rápidamente saque agua de la heladera. Bebí el vaso completo pero aun no se me saciaba la garganta.

Haci que empecé a tragar saliva para que la garganta se mejorara al menos un poco. Pero nada, así que subí las escaleras con poca energía dirigiéndome hacia mi habitación. Casi ni podía hablar, lo único que podía hacer en estos momentos era acostarme y dormir tranquilamente. Sin energías acudí a la cama y sin hacer ningún otro esfuerzo me acosté y dormí un rato.

Mi sueño era distinto a todos los demás, este era sobre mí. Y nadie más.

Me encontraba en un hermoso prado. Pero yo tenía una apariencia distinta; ojos color dorado y mis rizos color cobre mezclado con negro. Mi piel estaba pálida y podría jurar que hasta fría. Y alrededor de mis labios rojos como la llama del sol, tenía sangre y saciaba de más.

Luego un gran lobo apareció furioso de mi presencia yo aun seguía confundida allí, esté se abalanzó sobre mí y me hiso un tajo en casi la mitad de mi brazo.

Me desperté gritando como una boba tratando de recordar lo que pasaba. Me saque la manta y me levante lentamente. Me sentía más fuerte y mejor. Estire los brazos.

Lance un chillido bajo. Ya que tenía una mordida en la muñeca, parecía como si… Como si un animal me hubiera mordido. Fui corriendo al baño más cercano para examinar la herida. Cuando al fin llegue prendí la luz y me vi al espejo. Me asuste de mi misma ya que tenia alrededor de mi boca sangre. Como en mi sueño, estaba idéntica a mi sueño. Me asuste al verme así y luego pensé en los Callow. Ellos eran pálidos y tenían los labios colorados; ojos color negro; cabellos negros y cobre; nadie tocaba su comida. Son… mas bien somos vampiros. No sabia que hacer, estaba confusa y tenía bastante miedo de mi misma. ¿Yo me había dormido la muñeca? Necesitaba contárselo a alguien… Necesitaba decírselo a Luna. Me fije en la hora y ya deberían estar en casa o caminando a su casa. Recogí el celular y la llame rápidamente. Marqué casi llorando su número con mi única esperanza que no estuviera equivocada, que hubiera una forma de sacarme esto.

-Stella…

-Luna, se que tu sabes mejor que yo lo que soy. Necesito que me ayudes-le implore.

Susurro algo a alguien tan bajo que no pude oírlo.

-Stella, necesito que me veas ahora en el bosque… ¿de acuerdo?

-Cuenta con ello-le asegure.
Luna corto y yo también, saque de mi armario rápidamente una campera larga y me coloque la capucha para cuando pasara en frente de mis tíos no me vieran así.

Baje las escaleras lentamente ya que no quería alarmas a mis tíos. Pero era tarde, mis tíos se encontraban en la sala de estar sentados en el sillón y supuse que ellos querían hablar conmigo. Me acerqué tímidamente a ellos.

Asintieron con la cabeza y luego me hicieron un espacio en el sillón para que yo me sentara. Caminé confusa como si les tuviera miedo, no sabía que podía hacerles y que no.

-Mira linda, tus padres no murieron…

-¡¿De que hablas?! ¡Yo los vi con mis propios ojos!-le interrumpí a Robert.

-Linda, ellos eran los que te criaron-me dijo mi tía confortándome.

No podía creerlo tanto sufrimiento, tanto dolor, tanta culpa estos años. ¡Y no eran mis padres! No lo podía creer, no podía. Ellos me habían cuidad con tanto cariño, con tanto amor, ¡No! Era una farsa, una horrible mentira de pésimo gusto.

-¿Porque me ocultaron esto?-pregunté tapando mis ojos por mis manos-¿Por qué?

-Porque te irías y…- no pudo terminar la frase-Mira, te amamos y no queríamos perderte.

Me quede sin palabras… no podía estallarles en la cara toda mi furia, no podía. Ellos me habían cuidado tanto tiempo. Aun más que mis supuestos abuelos. No podía irme y dejarlos solos.

-Yo también los amo pero… no debieron ocultarme esto-les dije con dulzura.

Ellos me abrazaron por los costados y yo les devolví el abrazo.

-Marta, Robert debo irme al encuentro con Luna.

Me miraron sorprendidos y sin palabras me pare y me dirigí hacia la puerta principal para ir con mí una esperanza. Luna.


-Bien Stella… practicaremos lo básico-me dijo Luna.

-Esta bien, he… ¿que es lo básico?

-Bien, tu único propósito es que tu sepas controlar a la sangre, al menos a la humana-me dijo con una sonrisa-Bien, aprenderás a cazar sin ser vista.

No estoy lista para esto

Estaba asustada y en mi mente lo único que repetía era “No estoy lista para esto” Respire hondo y luego trate de prestar atención ignorando mis pensamientos de preocupación.

-Bien, ¿tienes hambre Stella?-pregunto ella.

Asentí con una sonrisa falsa y luego cerré los ojos. Olí un pequeño animal, del tamaño de una ardilla. Tal vez una liebre o un conejo, no lo se pero olía suculento.

Perdí el control y con mi nueva velocidad derribé un árbol y luego encontré a una ardilla en el árbol derribado. La atrapé y luego lentamente acerque su brazo a mi boca. Rápidamente succione la sangre que tanto deseaba. Pero no era suficiente, quería más. Haci que deje al animal muerto en el suelo y cerré los ojos para volver a concentrarme en otro animal. Detecte al instante una presa grande y parecía bastante jugosa. Sin perder tiempo corrí con la misma rapidez, llegue a verla y rápidamente corrí tras ella. La derribe y luego mi presa empezaba a suplicarme.

-No por favor niña… -Me acerqué a su garganta y empecé a succionar-¡No!

La victima hacia ruidos de auxilio pero todos sus intentos habían sido en vano. Al tercer intento de pedir auxilio murió por perdida de sangre.

Alguien estaba a mis espaldas, me di vuelta y era Luna. Ella miro con espanto a mi victima y luego recobre la razón. Rápidamente me levante con las manos en mi boca y luego no podía creerlo, había matado yo misma a un anciano.

-¡No!-dije en un murmullo-¡No… No… No! En que me he convertido-dije tapándome los ojos con las manos y aterrizando en el pasto de rodillas.

Luna puso su mano en mi hombro y me acaricio con dulzura.

-Stella no fue tu culpa, estas en entrenamiento –Dijo mientras extendía su mano para levantarme.

Acepte la mano sacándome las manos de los ojos. Mis ojos estaban húmedos y empecé a llorar lentamente..

-Por eso es que mi familia no puede llora. Pero tu puedes llorar…-dudó- Stella, ¿tu duermes?

Asistí.

-Eres bastante humana, para ser un vampiro. Tal vez no haga falta que cases.

Al explicarme esto tenia muchas dudas más… Pero no tenía tiempo para ellas. Sino en que hacer con ese pobre anciano tirado allí como si fuera una bolsa de papas.

-¿Que aremos con este pobre sujeto?-le dije mirándola

-Lo que siempre hacemos cunado algo falla-me dijo sonriendo-hay que llevarlo al mar. Allí estará bien y nadie lo descubrirá.

Dude por un segundo pero no tenia otra idea mejor. Es mas, es mejor llevarlo a algún lado que dejarlo en el medio del bosque. ¡El Bosque!

-No, ¿porque no lo enterramos aquí mismo?

-M...Mm... Buena idea. Nos ahorraríamos más tiempo.

No estaba feliz por hacer esto pero no tenia de otra. Es mal ahora esta en un mejor lugar, y espero que pueda perdonarme por… No quiero pensar en eso.

Me sentía como una acecina, mi conciencia me iba a matar por dentro. Pero me lo merecía, ese pobre hombre no tenia porque morir así.

Cuando llegue a casa hice el esfuerzo para no ver a mis “tíos” de frente. No quería enfrentarlos. En vez de llegar a casa me desvíe del camino hacia el cementerio donde estaría tranquila y sin matar a nadie.

Pero antes de marchar deje que Luna diera la vuelta con el auto para que no me siguiera. Dio la vuelta y sin perder tiempo con pasos humanos corrí por las cuadras.

Me sentía mal, hoy era el peor día de mi vida. No savia que hacer…

Vivir con este sufrimiento eterno o acabar con la tortura…

Seguir matando por sobrevivir o dejar a los inocentes y terminar yo misma…

Esos eran pensamientos masoquistas, pero serian buenos para los humanos. Yo debo recordar que antes fui humana, y lo extraño. Ojala alguien me hubiera propuesto esto y tuviera la oportunidad de decir “No”.

Al llegar al cementerio lo primero que hice fue sentarme en la tumba de mis supuestos padres y pensar en hacer lo correcto.

-Mamá, papá. Necesito su ayuda-les dije mirando al cielo- ¿Qué debo hacer?

No quería llorar, no debía llorar. Debía ser fuerte por todo lo que me esperaba. Debía ser valiente pero… No quería matar a gente, tal vez debería pedirle a Luna que me ayudara a acabar con mi vida y con eso ayudaría a salvar miles de vidas. Pero no me daría por vencida.

-Prometo no ser masoquista ni pensar en ello de nuevo- se dijo mirando al verde pasto.

Quería volver a casa, me sentía cansada pero sorprendentemente no lo estaba. Me levanté sin mucho esfuerzo y les dije un simple adiós a mis queridos padres. Camine lentamente hacia la avenida, luego de un rato me quede parada contemplando la hermosa luz de la luna. Tan hermosa y delicada, tan pálida, tan…

-¡Stella!-oí gritar a alguien.

Esa vos me era bastante familiar, ¡pero claro! Era Robert, pero ¿para que había venido?

-¡¿Stella?!-cada vez mas cerca

-Robert…

Me interrumpí a mi misma con un pensamiento de aquel joven que me había invitado al baile cuando no me conocía, ese pensamiento no se me iba de la cabeza.

Robert vino hacia mi con un humor de perros y luego hizo una escena dramática de un padre enojado.

-¿Puedes regañarme en casa? No estoy de buenas y también estoy cansada-se suplique.

Robert me vio con cara de preocupación y me tomo de la mano para llevarme al coche estacionado a media cuadra de allí. Al llegar al coche me senté al lado del conductor me mire hacia la ventana de mi asiento para no ver a la cara a mi “tío”.

Jueves 21, al volver de la casería

Tengo algo horrible que confesarte, pero es tanto el miedo que hasta me da miedo escribirte. ¿Que debo hacer? mañana es mi cita con el chico de mis sueños y lo arruinaré , seguramente lo aré como hice hoy con mi primera caza...

En esos momentos una pequeña lagrima calló sobre la pequeña hoja de papel.

Ho... no puedo, no puedo presentarme mañana así... estoy pálida, mis ojos cambiaron al igual que mis cabellos. Aunque estoy mas bella no puedo salir así!!!

¿Que debo hacer?

Stella

No hay comentarios: